UN PASO MAS

Sabias y certeras palabras las de Edison, cuando restando pocos minutos para recibir el galardon que le encumbraba como un ser extraordinario, tuvo dos respuestas geniales hacia jovenes periodistas.

Afirmaba que el mas grande invento era una brizna de yerba, como crecia, el porque de su color verde. A ello sumaba que lo unico incomprable era el tiempo, ni tan siquiera todas las fortunas del mundo podrian adquirir un solo minuto.

Una de las inteligencias mas profundas y maestras del planeta decantaba asi su prioridad respetable hacia la naturaleza, la donacion mas poderosa que nuestra existencia disfruta.

Han pasado muchos años desde que dejo a la posteridad sus mas que justos y reales pensamientos, para siempre vigentes.

En unos dias estaremos inmersos en la voragine del amor, el desenfreno derrochador, de las fiestas, de la felicidad, esta ultima mas obligada que cierta, ficticiosa mas que real.

Por unos instantes solamente detengamos el vehiculo de nuestras mentes y fijemos conceptos, frenemos los casi imparables relojes pensadores que rigen la maquina donde habitamos. Salgamos del letargo rutinario y demos riendas sueltas a lo mejor que poseamos.

Hacer balance individual de un año mas es lo normal, aunque el examen para ser autentico, para demostrar su imparcialidad, debe efectuarse globalmente. Pensar en todo lo que nos rodea, lo que nos debe concernir, por lo que vivimos. Eso implica llevar nuestros corazones hacia los demas, sentir conjuntamente da prioridad a unos pasos de avances certeros.

Una brizna de yerba, un minuto de tiempo, claros ejemplos de espiritualidad y humildad, arrojadiza luz clarividente la enviada por don Tomas.

Nuestros comportamientos deben atesorar y compartir de igual manera los entrañables agapes festivos de estas semanas con las del resto del año. La intachable predisposicion al amor tiene que estar constantemente presente en nuestras vidas. Nos sentiremos mejor, mas llenos, vitales, ciertos, tendremos un tesoro mas para darnos sentidos.

La belleza interior es la que realmente aporta valor, no se degrada, muy al contrario se eleva con el paso de los años. Busquemosla con fuerza, la constancia para ello es facil y muy agradecida de llevar.

Dia tras dia, durante miles de años, el briznamiento yerbatico junto al contador de momentos han perpetuado su extremadamente exacta union con planetas, estrellas, soles, mares, lunas, selvas, nubes, aires, espacios, noches, dias. Nos han estado vigilando, contemplandonos, y preguntandose ¿cuando cambiaran estos pobres ignorantes? Que hacer para enseñarles el camino del amor, del respeto, de la solidaridad, el sendero limpio y andable para rezumar intelecto.

No olvidemos la naturaleza, es parte vital en ese Dios que de vez en cuando buscamos, no pasemos por alto semejante honor, seria un suspenso desastroso eludir su poderosa e imprescindible aportacion.

La misma quietud pacificadora que demuestra constantemente, esa singularisima elegancia, su impecable distincion, tal inigualable saber estar. Fijemonos en ella para intentar ser mejores. No hay nada que supere un excelente hacer, una sonrisa a tiempo, un saludo bonito, unas palabras amistosas, un abrazo pacificador, una faz plena de amor, un corazon dispuesto.

Este pequeño prologo navideño se nos antoja facil de llevar a buen termino, la fecha predispone para que asi sea. Aprovechemos la inercia favorable de esta pendiente temporal para no dejar que los buenos sentimientos inundadores en nuestras vidas estos dias se diluyan compartiendo el regreso de aquellos tres insignes visitantes, que a lomos de sus deserticos portadores abandonaban Belen.

Una brizna de yerba, un minuto del tiempo, magnifica leccion, sublime.

De pareja similitud nos parece la que ofrecen a continuacion Jeff Beck y su petit troupe.

 

       

    

 

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