EL ANSIADO DOMINGO

Buen Dominguito, un poco agreste, tercia un voraz viento, arremete con todo lo que a su paso ose ponerse, en su rapido caminar lleva adosado arena, algun que otro papel, por desgracia no es del llamado moneda. Buen dia para inmiscuirse paulatinamente en las colosales playas multitudinarias.

Pasadas las 11 de la mañana, cualquiera dara 20 o 30 euros por un habil aparcamiento, donde poder bajar a la mujer, los niños, la suegra, las mesas, sillas, neveras, sombrillas, tiendas de campañas, toallas gigantescas, ruedas de camiones infladas a tope, radios, lo que se dice “una autentica mudanza”, o mejor una real hecatombe. Durara escasas horas tal debacle. Tras las cuales de nuevo rumbo al hogar.

Bueno, en realidad hemos pasado el dia, sin pena ni gloria, pero el tiempo ha transcurrido en paz, los peques han disfrutado y jugado lo suficiente para coger la cama como el que lo hace con un anticipo el dia 22.

La esposa ya esta pensando en el festivo dia proximo para repetir el esperpentico loco viaje. La sufrida suegra aun sigue devorando en su asiento de atras unas lonchas de jamon cocido y algo de tortilla suculenta que ha sobrado, junto con unos empanados filetes de pollo, son su predileccion.

Aun queda el arribo definitivo, se conseguira tras infinitas colas de automoviles, furgonetas, camiones, caravanas, y un sin fin de paradas procreadas por los despreciables atascos. Mas todo habra valido la pena, la existencia no es solo mas que eso, ir de aqui para alla, de aca para el otro lado. Y los dias pasan, suman la imparable cuenta de las vidas.

Lo cierto es que el Dominguito, a pesar del vientecito, la arenita, las buyitas, las aglomeraciones, las renqueantes andaduras en carretera, ha salido a pedir de boca. Por lo tanto habra que repetirlo. La ida y la vuelta han sido de pelicula terrorifica, pero la estancia, los momentos de ocio han merecido la pena. Los mas jovenes han disfrutado como nadie, la amada feliz, su madre, distendida, ha mantenido conversaciones maravillosas. Las risas han campado a sus anchas, buena comida, liquidos fresquitos han aderezado un dia familiar de ensueño. Hay que estar contentos, al fin y al cabo lo importante es que veamos nuestros entornos felices, y hoy lo hemos conseguido plenamente.

“Estoy orgulloso, lo que mas me llena del mundo es ver a los mios gozar, y bien que lo han hecho. El gran handicap es que para nada me gusta la playa cuando hay tanta gente, la odio, bueno… no a la playa en si, simplemente me molesta el ambiente, el denodado jaleo perceptible, la inmensa plaga humana que hace las veces de avalancha… y para mas inri, hoy estaba la marea alta. Buen dia, si señor, solo me queda encontrar un buen sitio para dejar el coche cerca de casa… ahi… ahi tengo el suyo, vaya, pues mira por donde me ha salido el dia que ni pintado”.

 

      

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