“ASPEREZAS, NO, GRACIAS, PREFIERO AUSENTARME”
Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y un general proclive a la cabeza de todas.
Uniendo a roués arruinados, con equívocos medios de vida y de nauseabundas procedencias, junto a vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos robadores, licenciados de tropas sin educacion ni mas minimo decoro, sueltos de presidio sin justificacion, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaronis, carteristas, rateros, jugadores, alcahuetes, dueños de burdeles oscuros, mozos de cuerdas, escritorzuelos, organilleros desastrados, traperos, afiladores engañosos, mendigos peligrosos, borrachos alborotadores, drogadictos molestos, ensuciadores callejeros, prepotentes arañosos, antipaticos constantes, ruinosos habladores, oficiosos frustrados, y un sin fin deplorable de elementos humanos lindando siempre los mas bajos conceptos educativos y solidarios.
En pocas palabras, toda es masa informe, difusa y errante que los allendes fonteras limitrofes denominaban “la bohème”
Con estos despreciables elementos tan afines, llega una vez mas a Cadiz un Carnaval cada vez mas denosdado y moribundo. Claro esta, por culpa de los anteriormente mencionados bichos sociales. Cuya unica vocacion es la necesidad de beneficiarse a costa de las buenas gentes. Lo que los franceses llamaban “Sociedad de beneficencia”
Nota editorial: Nuestro mas sincero y sentido aprecio hacia aquellas maravillosas personas que comparten y disfrutan un Carnaval de verdadera alegria y entusiasmo, con la elegancia y respeto que semejante fiesta popular merece.
De igual forma toda nuestra admiracion hacia esas magnificas y maravillosas agrupaciones de verdaderos artistas que muestran cada año lo mejor subliminado de sus pensamientos y conciencias.
Tanto unos como otros deben recibir nuestro total beneplacito, son la esencia de un jolgorio celebrador sano y digno.
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